(c) De lógica, ética y moral VIIIL

El apéndice tres lo titula Desde la competitividad hacia una ética de la paz. Existe una etología, una conducta animal que establece unas jerarquías a partir de unas dotaciones genéticas. El hombre, con el tiempo, se aleja físicamente de la naturaleza, en algunos casos, de sí mismo y de los demás. La conciencia de uno mismo, en el caso del hombre, es un egocentrismo, una orientación hacia el sujeto o el yo, aunque alejarse de la naturaleza es un fluir de los principios de economía, relacionados con el trabajo, es decir, un acercamiento al mundo del objeto. A. entra a discutir el concepto género humano. Género es una categoría taxonómica entre familia y especie. Es género porque existen varias especies humanas, negroides, europeos, asiáticos...etc.

El racismo biocultural y religioso es un hecho. A. no explica por qué somos conscientes o inconscientemente racistas, aunque ciertamente un africano está orientado al mundo del sujeto y el occidental al mundo del objeto. Posiblemente, el africano sea animista, es decir, cree que algunos objetos están poseidos de algún tipo de espíritu lo que representa un yo muy ligado a una naturaleza ancestral, muy distinto del yo marxista o yo socialista, que creen en un espíritu hegeliano. El principio político de igualdad es un no racismo pero el principio de unidad de estado, clase o religión, o el principio de conservación, representan un sí racismo. El KKK Ku Klux Klan, anticatólico, antijudío y antisindical, defensor de la supremacía blanca fue fundado por el general Forrest y en una segunda fase, por el coronel Simmons. Sus armas fueron la intimidación, la violencia y el asesinato.

A. vuelve a escribir sobre la competitividad. Estamos en la página ciento noventa y seis. Una concepción competitiva de la existencia representa una voluntad de poder, dice. La voluntad de poder forma parte del mundo del sujeto al igual que el espíritu competitivo o el juego. Si consideramos el juego de ajedrez, podríamos decir que el campeón mundial de ajedrez es un individuo orientado al objeto. El ajedrez es pensamiento, técnica aprendida. La guerra es también un mundo orientado al objeto. Afortunadamente sujeto y objeto coindicen cíclicamente por lo que un general jugará aleatoria y normalmente bien o excepcionalmente bien al ajedrez, aunque el juego de la guerra sea completamente distinto. De hecho en el juego de ajedrez, todas las piezas del contrario están a la vista.

Otro de los juegos llamados competitivos es jugar en bolsa o bull market perteneciente al sistema financiero o mercado monetario. Todo juego está orientado al sujeto, pero la economía occidental, casi siempre, está orientada al objeto. De ahí, el conflicto relacionado con todo lo bursátil en términos generales. Finalmente A. nombra el juego de los políticos cuyo objetivo es vencer en las urnas. De la misma forma, el juego político está orientado al sujeto pero el mundo occidental, lo está al objeto. El conflicto surge de nuevo ya que el objeto tiene más importancia que el sujeto que gana en las urnas, lo que representa una democracia subordinada o limitada por el pensamiento ideológico en gran medida y no por el pensamiento lógico o realidad.

Doy por finalizada esta entrada. 14/02/2019

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