(c) De lógica, ética y moral XXXIII
A. titula el capítulo XXI con La fiesta. Escribe inicialmente sobre religión como un hecho social, público y colectivo. Podríamos preguntarnos si la religión pertenece al mundo del sujeto o del objeto y para ello tendríamos que acudir al origen de las creencias religiosas. Es muy posible que su origen esté en las manisfestaciones de lo sobrenatural en la naturaleza. Para aquellos que relacionaban dichas manifestaciones con un lugar, una piedra, un río, un animal, un árbol...etc. la religión forma parte del objeto, lo cual se asocia a un texto sagrado, conjunto de códices convertidos en un único texto, la Biblia, en el caso católico. Y para aquellos que relacionaban dichas manifestaciones con algún tipo de espíritu no material, la religión está orientada al sujeto, una persona, un personaje, un cuerpo, un alma, un espíritu, una vida. Históricamente la actuación del principio de unidad religiosa desembocó en el culto totémico y el mito religioso (unidad plural). El protestantismo está orientado al sujeto, a una experiencia humanista y existencial religiosa mientras que el catolicismo ortodoxo, se orienta al objeto. Sin objetos religiosos, no habría, pensamiento religioso y posiblemente no existirían libros sagrados, por lo que, un enfoque hacia el espíritu no representa la inexistencia de un objeto de estudio. La frase "yo soy Dios" sólo tiene sentido en el mundo del sujeto. Dios es objeto, Jesucristo es sujeto. En la historia de las religiones, Dios fue inicialmente sujeto, un padre protector.
La fiesta como los carnavales suponen un desequilibrio a favor del cuerpo y el principio del placer. El cuerpo como objeto es el centro de atención de los carnavales. Comer, beber, fornicar, bailar, festejar...etc. es una respuesta popular a períodos de excesos, relacionados con el alma, el ascetismo o privación de placeres corporales y el consecuente misticismo. La Semana Santa podría ser un ejemplo de mortificación corporal y culto al alma o el espíritu. Sin embargo, el católico español no renuncia a las festividades, lo que sí hace, el calvinismo o luteranismo, es decir la iglesia protestante. La fiesta religiosa es objeto. La fiesta no religiosa es sujeto. El culto al cuerpo, el bodybuilding está relacionado, sin embargo, con el mundo de la imagen en aras normalmente de una maximización de utilidad económica aunque también con complejos de inferioridad, una forma de activación del principio de unidad psíquica. De acuerdo con A. la fiesta es una nueva cotidianidad ya que está dentro de la rutina o la agenda de calendario.
A. finalmente cita como ejemplos de no cotidianidad, a viajeros, vagabundos y aventureros. ¿ Podríamos preguntarnos que representa un viajero, un vagabundo o un aventurero, sujetos u objetos ? La aventura forma parte de la psicología y constituye el quehacer del principio del placer, que incluye los sueños, lo que deseamos hacer o lo que deseamos ser junto al principio de libertad. Sueño y señuelo tienen algunas letras en común. Un vagabundo representa una no actuación del principio de igualdad, desplazado por otros principios y un viajero, es una transición hacia otro yo, a través de otros objetos o de la misma forma, una transición hacia otros objetos, a través de otros sujetos.
Doy por finalizada esta entrada. 01/02/2019
A. titula el capítulo XXI con La fiesta. Escribe inicialmente sobre religión como un hecho social, público y colectivo. Podríamos preguntarnos si la religión pertenece al mundo del sujeto o del objeto y para ello tendríamos que acudir al origen de las creencias religiosas. Es muy posible que su origen esté en las manisfestaciones de lo sobrenatural en la naturaleza. Para aquellos que relacionaban dichas manifestaciones con un lugar, una piedra, un río, un animal, un árbol...etc. la religión forma parte del objeto, lo cual se asocia a un texto sagrado, conjunto de códices convertidos en un único texto, la Biblia, en el caso católico. Y para aquellos que relacionaban dichas manifestaciones con algún tipo de espíritu no material, la religión está orientada al sujeto, una persona, un personaje, un cuerpo, un alma, un espíritu, una vida. Históricamente la actuación del principio de unidad religiosa desembocó en el culto totémico y el mito religioso (unidad plural). El protestantismo está orientado al sujeto, a una experiencia humanista y existencial religiosa mientras que el catolicismo ortodoxo, se orienta al objeto. Sin objetos religiosos, no habría, pensamiento religioso y posiblemente no existirían libros sagrados, por lo que, un enfoque hacia el espíritu no representa la inexistencia de un objeto de estudio. La frase "yo soy Dios" sólo tiene sentido en el mundo del sujeto. Dios es objeto, Jesucristo es sujeto. En la historia de las religiones, Dios fue inicialmente sujeto, un padre protector.
La fiesta como los carnavales suponen un desequilibrio a favor del cuerpo y el principio del placer. El cuerpo como objeto es el centro de atención de los carnavales. Comer, beber, fornicar, bailar, festejar...etc. es una respuesta popular a períodos de excesos, relacionados con el alma, el ascetismo o privación de placeres corporales y el consecuente misticismo. La Semana Santa podría ser un ejemplo de mortificación corporal y culto al alma o el espíritu. Sin embargo, el católico español no renuncia a las festividades, lo que sí hace, el calvinismo o luteranismo, es decir la iglesia protestante. La fiesta religiosa es objeto. La fiesta no religiosa es sujeto. El culto al cuerpo, el bodybuilding está relacionado, sin embargo, con el mundo de la imagen en aras normalmente de una maximización de utilidad económica aunque también con complejos de inferioridad, una forma de activación del principio de unidad psíquica. De acuerdo con A. la fiesta es una nueva cotidianidad ya que está dentro de la rutina o la agenda de calendario.
A. finalmente cita como ejemplos de no cotidianidad, a viajeros, vagabundos y aventureros. ¿ Podríamos preguntarnos que representa un viajero, un vagabundo o un aventurero, sujetos u objetos ? La aventura forma parte de la psicología y constituye el quehacer del principio del placer, que incluye los sueños, lo que deseamos hacer o lo que deseamos ser junto al principio de libertad. Sueño y señuelo tienen algunas letras en común. Un vagabundo representa una no actuación del principio de igualdad, desplazado por otros principios y un viajero, es una transición hacia otro yo, a través de otros objetos o de la misma forma, una transición hacia otros objetos, a través de otros sujetos.
Doy por finalizada esta entrada. 01/02/2019
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