(c) De lógica, ética y moral XL
A. dedica el apéndice II a la conducta ética, la competitividad y el deporte. El hombre, dice, está por encima del animal y en algunos casos, por debajo de él. Egoísmo versus altruismo, solidaridad versus solitariedad. En el primer caso el yo está orientado al objeto versus sujeto, en el segundo caso, la solidaridad pertenece a un mundo del sujeto versus objeto. Nombra inmediatamente después al etólogo K. Lorentz, famoso por la impronta observada en algunos animales. El objeto más cercano, observado al nacer, determina su ello, su conducta en el futuro. Pero se olvida decir que el niño, durante los primeros años de vida, mimetiza una buena parte de la conducta paterna o materna.
El por qué el hombre necesita de juegos queda sin responder. El juego como el lenguaje es dual. Existen juegos en los que no hay ningún objeto mientras que otros requieren de objetos múltiples como fichas, cartas, dados, tableros...etc. Si relacionamos juego con niñez, se podría decir que el ego, el yo del bebé o del niño, se desarrolla a partir de algunos objetos invariables en el tiempo, como el sonajero, muñecas ...etc. El juego de los animales cuando son crías se reduce a corretear junto a sus hermanos y explorar el entorno, cosa que también hace el niño. El hombre y el animal juegan también cuando son adultos. El gato con el ratón, y el hombre, utilizando objetos como la pelota, la raqueta, el vídeojuego...etc. Deporte y juego están unidos ya que después del verbo jugar introducimpos el deporte elegido. No jugamos a la caza o la pesca ya que cazar o pescar fueron actividades laborales esenciales en el pasado. El hombre conserva aún así, actividades diversas del pasado que recrea en los Juegos Olímpicos, los cuales fueron acusados de corrupción y prohibidos en el s.-IV por Teodosio. El espíritu competitivo y deportivo es sentimiento. Vencer al adversario o superarse a sí mismo, forman parte del sentimiento del sujeto, del principio del placer.
No puedo menos que introducir aquí a Baltasar Gracian, jesuíta y profesor de filosofía y moral, 1601-1658, que afirmaba que dada la realidad del mundo, se tenía que utilizar la conducta más adecuada para triunfar junto a la prudencia, mezcla de astucia y cautela. Cuando es preguntado acerca de si merece la pena triunfar socialmente, responde negativamente. Murió prematuramente enfermo, no repudiado sino olvidado por la orden religiosa. Mientras la orden de la compañía de Jesús estaba orientada al objeto, Gracian, estaba orientado hacia el sujeto. El deporte y el juego, forman parte de la cotidianidad del hombre, representado actualmente una liberación del stress laboral, una distensión.
Una vida competitiva es una vida donde el sentimiento prima sobre el pensamiento. En tipología psicológica, las emociones y la reacción primaria definen el yo, la personalidad. A. relaciona competitividad con el lenguaje bélico. Lamentablemente, las guerras europeas están orientadas al objeto. La competitividad capitalista está relacionada con el principio psicológico de maximización del tipo de beneficio, lo que tiene poco que ver con el deporte y el juego, orientados al sujeto. La guerra es un juego de estrategia, y éste juego no deja de ser un objeto. La guerra declarada normalmente por los estados tiene su propia no ética como las violaciones, las ejecuciones sumarias, las violaciones de convenciones internacionales...etc. Los norteamericanos, durante la segunda guerra mundial, liberaron a mafiosos de prisión como apoyo a los desembarcos en Italia. Lo que está en juego es el poder pero la guerra no es juego. Ciertamente el deporte tiene un sesgo nacional o nacionalista y no podría ser lógicamente de otra forma.
Doy por finalizada esta entrada. 12/02/2019
A. dedica el apéndice II a la conducta ética, la competitividad y el deporte. El hombre, dice, está por encima del animal y en algunos casos, por debajo de él. Egoísmo versus altruismo, solidaridad versus solitariedad. En el primer caso el yo está orientado al objeto versus sujeto, en el segundo caso, la solidaridad pertenece a un mundo del sujeto versus objeto. Nombra inmediatamente después al etólogo K. Lorentz, famoso por la impronta observada en algunos animales. El objeto más cercano, observado al nacer, determina su ello, su conducta en el futuro. Pero se olvida decir que el niño, durante los primeros años de vida, mimetiza una buena parte de la conducta paterna o materna.
El por qué el hombre necesita de juegos queda sin responder. El juego como el lenguaje es dual. Existen juegos en los que no hay ningún objeto mientras que otros requieren de objetos múltiples como fichas, cartas, dados, tableros...etc. Si relacionamos juego con niñez, se podría decir que el ego, el yo del bebé o del niño, se desarrolla a partir de algunos objetos invariables en el tiempo, como el sonajero, muñecas ...etc. El juego de los animales cuando son crías se reduce a corretear junto a sus hermanos y explorar el entorno, cosa que también hace el niño. El hombre y el animal juegan también cuando son adultos. El gato con el ratón, y el hombre, utilizando objetos como la pelota, la raqueta, el vídeojuego...etc. Deporte y juego están unidos ya que después del verbo jugar introducimpos el deporte elegido. No jugamos a la caza o la pesca ya que cazar o pescar fueron actividades laborales esenciales en el pasado. El hombre conserva aún así, actividades diversas del pasado que recrea en los Juegos Olímpicos, los cuales fueron acusados de corrupción y prohibidos en el s.-IV por Teodosio. El espíritu competitivo y deportivo es sentimiento. Vencer al adversario o superarse a sí mismo, forman parte del sentimiento del sujeto, del principio del placer.
No puedo menos que introducir aquí a Baltasar Gracian, jesuíta y profesor de filosofía y moral, 1601-1658, que afirmaba que dada la realidad del mundo, se tenía que utilizar la conducta más adecuada para triunfar junto a la prudencia, mezcla de astucia y cautela. Cuando es preguntado acerca de si merece la pena triunfar socialmente, responde negativamente. Murió prematuramente enfermo, no repudiado sino olvidado por la orden religiosa. Mientras la orden de la compañía de Jesús estaba orientada al objeto, Gracian, estaba orientado hacia el sujeto. El deporte y el juego, forman parte de la cotidianidad del hombre, representado actualmente una liberación del stress laboral, una distensión.
Una vida competitiva es una vida donde el sentimiento prima sobre el pensamiento. En tipología psicológica, las emociones y la reacción primaria definen el yo, la personalidad. A. relaciona competitividad con el lenguaje bélico. Lamentablemente, las guerras europeas están orientadas al objeto. La competitividad capitalista está relacionada con el principio psicológico de maximización del tipo de beneficio, lo que tiene poco que ver con el deporte y el juego, orientados al sujeto. La guerra es un juego de estrategia, y éste juego no deja de ser un objeto. La guerra declarada normalmente por los estados tiene su propia no ética como las violaciones, las ejecuciones sumarias, las violaciones de convenciones internacionales...etc. Los norteamericanos, durante la segunda guerra mundial, liberaron a mafiosos de prisión como apoyo a los desembarcos en Italia. Lo que está en juego es el poder pero la guerra no es juego. Ciertamente el deporte tiene un sesgo nacional o nacionalista y no podría ser lógicamente de otra forma.
Doy por finalizada esta entrada. 12/02/2019
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