(c) De lógica, ética y moral XXXII

A. razona su propia evolución hacia el socialismo y según estas entradas, se pone en marcha el principio de conservación. Se adhiere no a los mejores zapatos normalmente caros y elitistas sino a los zapatos bien hechos a precio medio y asequibles. Esta forma de pensar limita su propio trabajo ya que su objetivo no es realizar el mejor análisis de ética y moral, sino el trabajo bien hecho que pueda llegar a todo el mundo. A. pertenece a una generación de transición entre el franquismo, modelo político orientado al objeto nacional extremo, y la democracia parlamentaria en España, que se inicia con un centrismo, un equilibrio entre sujeto y objeto, para dar paso a un modelo político orientado al sujeto, el socialismo de los años 80.

¿Es posible, en lógica, una transición así? El modelo orientado al objeto supone un materialismo, un ensalzamiento del individualismo, el gerente, el director, el ejecutivo, el profesional, el escritor de éxito...etc. El capitalismo y el socialismo están lógicamente enfrentados pero son, en realidad, complementarios. Por esta razón, no ha habido guerras entre los sistemas económicos, si exceptuamos la guerra fría y la fallida ofensiva de Alemania en la URSS, durante la segunda guerra mundial que representaban dos formas distintas de sujeto, una alemania nacionalsocialista y una unión de repúblicas socialista. A. forma parte del mundo orientado al objeto y no puede convertirse en un mundo orientado al sujeto, ya que ésto significaría un desdoblamiento del yo drástico e irracional.

El yo es expresión del objeto y el objeto es expresión del yo. Cualquier teoría antropológica tendría que tener en cuenta lo anterior lógicamente. Entonces ¿ cuál es el fin, el objeto de criticar el mundo burgués como de simple apariencia, de competencia, de "sacar partido" ?, cosa que aparece en su capítulo XX El mundo como voluntad de representación. La vida del hombre según Schopenhauer no es racional. El principio psicológico de máxima utilidad supone dentro del sistema capitalista, el querer ascender, quedar bien, decir lo correcto, vestir adecuadamente, leer lo idóneo, disfrutar de un ocio específico...etc. Todo esto pertenece también al principio de unidad de clase o de conservación. La propia imagen como derecho adquiere importancia de clase.

Pero todo lo anterior forma parte de un mundo excesivamente enfocado a la voluntad de Schopenhauer y orientado al objeto, empresa, producto, casa, coche, vestimenta, muebles, instalaciones deportivas, oficinas de la administración, lenguaje...etc. La competencia imperfecta término ilógico, nace con la creación del mercado, otro objeto, resultado lógico de la aplicación del principio de máxima utilidad y beneficio. Y estos objetos tienen una estructura que A. llama, de dominación, una no ética relacionada con el poder. El monopolio, concentración de capital y producción, es una premisa imperialista. Rockefeller, con su Standard Oil, se expandió a través de procedimientos ilegales.

A. dedica unas líneas a aquellos que no pueden competir, justamente aquellos cuyo mundo está orientado al sujeto, trabajadores u obreros, miembros de las familias, conductores, consumidores, lectores, usuarios deportivos, funcionarios...etc. El sujeto del modelo o mundo orientado al objeto tiene, sin duda, espíritu competitivo dentro del sistema capitalista. El modelo orientado al sujeto tiene carácter libertario, humanista, cooperativista, solidario, espiritualista, nacionalista, socialista...etc. Boitcots, presiones, piquetes, revueltas, trabajo lento, huelgas pertenecen al mundo laboral del sujeto en conflicto con el objeto que a su vez responde con locks-outs, reducciones salariales, despidos y represión.

Doy por finalizada esta entrada. 31/01/2019

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