(c) De lógica, ética y moral XXIII
La moral y la ética no pueden desvincularse de un estado de cosas que no es exactamente un estilo de vida, sino que forma parte de él. En el capítulo XV, Nuevos enfoques de la moralidad, A. escribre sobre el pluralismo y una moral que es social. El pluralismo es actualmente una forma estática e institucional de observar el mundo y posiblemente existe pluralismo porque actúa el principio de libertad, libertad religiosa, libertad de circulación, libertad de expresión...etc. Lo fundamental, lo que se valora más, no es ya el trabajo per se y tampoco un status de riqueza o patrimonio, sino la forma de vida asociada a dicho trabajo y dicho patrimonio. A. considera el trabajo como una especie de ascetismo, una renuncia al placer o una mortificación corporal, en el sentido religioso.
La moral, dice A., está relacionada con nuestra forma de ver el mundo y por tanto es una concepción de la existencia. Ya escribí en entradas anteriores que solamente hay dos formas de comprender la realidad, a partir del objeto, capitalismo, propiedad privada, sistema de competencia perfecta o imperfecta y a partir del sujeto, socialismo, nacionalismo, colonialismo o patriotismo. Estados Unidos podría ser un país donde lo fundamental es el objeto, por lo que es un país poco nacionalista o donde la patria no tiene gran importancia. Posiblemente tienen y han tenido grandes problemas para reclutar personas en las guerras de Vietnam o la última guerra de Crimea. Los militares son simples objetos programados. En los países donde el sujeto supera al objeto, los valores patrióticos y la exaltación nacional, son constantes. Los problemas nacionales tienen más importancia que los problemas privados.
Para entenderlo fácilmente, en países orientados al objeto, un ingeniero es más importante que un psicólogo mientras que en Corea del Norte o zonas comunistas de Asia, un psicólogo es más importante que un ingeniero. El mundo de la guerra es siempre un mundo del objeto. Ya Rousseau en 1762 escribió que la guerra constituye una relación de cosas y no de hombres. Sin embargo, en el mundo globalmente considerado, el el conocimiento de psicología se encuentra en el mismo escalón cultural que el conocimiento de ingeniería. No es casualidad, por tanto, que el mundo político tienda o se aleje de un bipartidismo. La metafísica origina una teoría del conocimiento, unos principios. Si regresamos al nacionalismo catalán, comprobamos que en los escritos de J.V. Foix, escritor en lengua catalana, el sentimiento y el pensamiento se encuentran alejados uno de otro. La libertad deseada no coincide con la forma racional observada. Otra forma de escribirlo es decir que el espíritu catalán rechaza la base material. Los hechos materiales relacionados con la economía, el modelo económico, no es modelo espiritual, lo que produce un desequilibrio psíquico y físico. Y ésto es una constante en todas las insurrecciones catalanas.
A. prosigue escribiendo sobre la macromoral, la moral universal y la micromoral que podría ser la moral individual o de clase. Una está dentro de la otra y ésta dentro de la primera. Dentro de la moral cotidiana, individual, se encuentra la moral, la ética universal. A. se pregunta por la posibilidad de una síntesis de la pluralidad moral, aunque los principios universales actúan simplemente y la síntesis de algo, representa cierto desorden, piezas que hay que ensamblar, modelos que requieren de una nueva forma o una nueva estructura. Como los principios representan la unidad, lo anterior no es lógicamente posible.
Doy por finalizada esta entrada. 18/01/2019
La moral y la ética no pueden desvincularse de un estado de cosas que no es exactamente un estilo de vida, sino que forma parte de él. En el capítulo XV, Nuevos enfoques de la moralidad, A. escribre sobre el pluralismo y una moral que es social. El pluralismo es actualmente una forma estática e institucional de observar el mundo y posiblemente existe pluralismo porque actúa el principio de libertad, libertad religiosa, libertad de circulación, libertad de expresión...etc. Lo fundamental, lo que se valora más, no es ya el trabajo per se y tampoco un status de riqueza o patrimonio, sino la forma de vida asociada a dicho trabajo y dicho patrimonio. A. considera el trabajo como una especie de ascetismo, una renuncia al placer o una mortificación corporal, en el sentido religioso.
La moral, dice A., está relacionada con nuestra forma de ver el mundo y por tanto es una concepción de la existencia. Ya escribí en entradas anteriores que solamente hay dos formas de comprender la realidad, a partir del objeto, capitalismo, propiedad privada, sistema de competencia perfecta o imperfecta y a partir del sujeto, socialismo, nacionalismo, colonialismo o patriotismo. Estados Unidos podría ser un país donde lo fundamental es el objeto, por lo que es un país poco nacionalista o donde la patria no tiene gran importancia. Posiblemente tienen y han tenido grandes problemas para reclutar personas en las guerras de Vietnam o la última guerra de Crimea. Los militares son simples objetos programados. En los países donde el sujeto supera al objeto, los valores patrióticos y la exaltación nacional, son constantes. Los problemas nacionales tienen más importancia que los problemas privados.
Para entenderlo fácilmente, en países orientados al objeto, un ingeniero es más importante que un psicólogo mientras que en Corea del Norte o zonas comunistas de Asia, un psicólogo es más importante que un ingeniero. El mundo de la guerra es siempre un mundo del objeto. Ya Rousseau en 1762 escribió que la guerra constituye una relación de cosas y no de hombres. Sin embargo, en el mundo globalmente considerado, el el conocimiento de psicología se encuentra en el mismo escalón cultural que el conocimiento de ingeniería. No es casualidad, por tanto, que el mundo político tienda o se aleje de un bipartidismo. La metafísica origina una teoría del conocimiento, unos principios. Si regresamos al nacionalismo catalán, comprobamos que en los escritos de J.V. Foix, escritor en lengua catalana, el sentimiento y el pensamiento se encuentran alejados uno de otro. La libertad deseada no coincide con la forma racional observada. Otra forma de escribirlo es decir que el espíritu catalán rechaza la base material. Los hechos materiales relacionados con la economía, el modelo económico, no es modelo espiritual, lo que produce un desequilibrio psíquico y físico. Y ésto es una constante en todas las insurrecciones catalanas.
A. prosigue escribiendo sobre la macromoral, la moral universal y la micromoral que podría ser la moral individual o de clase. Una está dentro de la otra y ésta dentro de la primera. Dentro de la moral cotidiana, individual, se encuentra la moral, la ética universal. A. se pregunta por la posibilidad de una síntesis de la pluralidad moral, aunque los principios universales actúan simplemente y la síntesis de algo, representa cierto desorden, piezas que hay que ensamblar, modelos que requieren de una nueva forma o una nueva estructura. Como los principios representan la unidad, lo anterior no es lógicamente posible.
Doy por finalizada esta entrada. 18/01/2019
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