(c) De lógica, ética y moral XXII

El problema está en la relación entre sociología, léase estructura de clases y la economía. Y esto es señal de que no se encuentra fácil solución a los problemas morales de la actualidad, originados por la actuación de un principio de unidad religiosa y de estado y también, por un principio de unidad de clase. Una sociedad de clases cerrada plantea algunos interrogantes como los puentes de comunicación interclase, que podrían ser similar a las conversaciones para llegar a los convenios colectivos o los matrimonios entre la aristocracia y burguesía y en menor medida, entre el proletariado y la baja burguesía.

A. se enfrenta al problema kantiano, a la dualidad racionalismo empirismo para preguntarse por la moral del método cientifíco o la moral de los intelectuales. Los primeros defendiendo en algunos casos teorías pseudoverdaderas y en los casos más graves, manipulando datos de experimentos para que los resultados no invaliden las teorías. El conflicto entre Newton y Leibniz acerca de la autoría del cálculo infinitensimal es otro ejemplo de presunto plagio o vulneración de la ética normativa. Leibniz escribió para explicar las mónadas que un reloj no cuenta la hora a otro sino que es Dios quien marca la hora. Y la moral de la ciencia de los principios supone una tecnocracia, unos modelos de contrastada veracidad que conducen a un autoritarismo lógico. La solución se acepta si se aplica bajo una forma democrática pero es rechazada en caso contrario. El controvertido, Jacques Monod, biólogo comunista francés, proponía la necesidad de una ética del conocimiento. El sociólogo Talcott Parsons 1902-1979, norteamericano que analizaba la relación entre sociología y economía, fue acusado de olvidar escribir acerca del poder, la manipulación o la violencia de Estado.

Enumera en este capítulo multitud de problemas morales, colonialismo, racismo, problemas de la mujer y de la juventud, pena de muerte, guerra y tortura, el aborto, estrategia bélica nuclear, el tiempo libre u ocio, el desempleo, la moral en la democracia, la libertad religiosa...etc. Después escribe sobre la corrección de la desviación del principio de unidad psicológica, o cómo el hombre se adhiere a actividades humanitarias como las ONG, grupos religiosos, la cruz roja..., orientadas según una moral cristiana. Menciona también el cine, el sexo o el erotismo escrito o visual, adscritos a principios del placer y en el peor de los casos, las drogas o el juego, como evasión del principio de la realidad. La pena de muerte, como ya escribí, deriva de la propiedad privada, una forma de conocer el mundo a partir de la racionalización del objeto. La propiedad privada es pensamiento. El deseo de nacionalización es sentimiento. El aborto fortalece el yo, el espíritu, el sujeto por lo que es defendido por la izquierda, y debilita el objeto, ya que representa lo incompleto e inacabado.

A. escribe sobre la importancia del lenguaje sin profundizar acerca de su relación con la moral. El sujeto de una frase es el yo individual, el tú, nosotros, vosotros o ellos. No es casual que el lenguaje esté articulado con sujetos y objetos que llamamos predicados. El lenguaje intenta reflejar la realidad y la ética y la moral, forman parte de esa realidad. Objeto y sujeto no ocurren simultáneamente. En la frase "leo un libro", el yo no ha quedado omitido ya que pertenece a la declinación del presente de indicativo "leo" y podríamos pensar que el objeto tiene más importancia que el sujeto. El yo que está omitido representa psicológicamente una represión, un sentimiento. El yo y el objeto libro tienen una relación, la frase transmite una historia, una actividad, un quehacer orteguiano. El yo y el libro constituyen una única realidad articulada, estructurada.

Doy por finalizada dicha entrada. 17/01/2019

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