(c) De lógica, ética y moral XVII
Una persona será buena o mala, a priori, si respeta o no el principio de unidad religiosa y el principio de unidad de estado. Un independentista vasco o catalán serán considerados malas personas por aquellas personas que consideran los dos principios anteriores, de rango superior a los demás. Una nacionalismo es ciertamente un humanismo, un mundo orientado al sujeto, al yo individual, coloquialmente a la persona. El nacionalismo se aproxima casi siempre a la geopolítica, combinación de geografía e historia. Cuanto más cercano esté el sujeto a la naturaleza o mundo rural, más fácil será convertir el sentimiento social relacionado con la conservación en un pensamiento radical. Es el caso de la industrialización de zonas rurales en algunos países, que ha provocado un sentimiento de rechazo contra la clase empresarial y originado finalmente organizaciones terroristas. El sujeto se radicaliza contra un objeto ajeno y extraño. El principio de máximo beneficio ha entrado en conflicto con el principio de conservación natural.
Nos alejamos del capítulo X. A. considera importante que el hombre sea libre para tomar decisiones, lo que representa que la existencia del hombre tiene un sentido. Pero hay que preguntarse cúal es este sentido en el mundo de los principios. Desde la perspectiva de la finalidad habría que preguntarse por qué el hombre y para qué el hombre, dentro del planeta. La respuesta es, sin duda, cósmica. El hombre surge en el planeta como una necesidad bajo el principio de conservación de un sistema, en este caso, solar. El principio de unidad política, llamado de estado, el principio de unidad religiosa, van necesariamente unidos a un principio de conservación. Los principios representan siempre un equilibrio, una identidad. De esta forma podremos entender el mundo dividido en Oriente y Occidente.
Mientras que Occidente, capitalista, está enfocado al objeto, Oriente socialista, lo está al sujeto. Mientras unos se rigen por la libertad individual y de empresa, los otros, se basan en la planificación económica, que no se rige por el principio de máximo beneficio sino por un principio de optimización. En la planificación, el sujeto, el yo, se desvanece. Dentro de la libertad de empresa, el objeto pierde importancia y lo adquiere el sujeto, el yo, el director general, el gerente, el genio de los negocios, el ejecutivo brillante, el vendedor del mes...etc. El equilibrio es planetario, mundial, también nacional, local e individual. Y ésta es una de las razones por las que importamos costumbres orientales, como el yoga, la lucha libre...etc. El mundo del objeto pierde importancia y encontramos un nuevo equilibrio personal. El yoga del verbo sánscrito juj, juntar, reunir, representa una disciplina, una praxis, una liberación de la conciencia del sujeto.
Finalizo esta entrada, escribiendo sobre la moral hedonista o la búsqueda del placer, que está regido por principios psicológicos. En sí mismo, supone un desequilibrio ya que se desentiende completamente del principio de la realidad. Encontramos desde luego un nuevo escollo en la interpretación freudiana, una laguna a rellenar. Lo que rige la psicología del individuo, es el principio de unidad psíquica, entre lo que deseamos o soñamos, placer y lo que finalmente conseguimos o realidad.
Doy por finalizada esta entrada. 10/01/2019
Una persona será buena o mala, a priori, si respeta o no el principio de unidad religiosa y el principio de unidad de estado. Un independentista vasco o catalán serán considerados malas personas por aquellas personas que consideran los dos principios anteriores, de rango superior a los demás. Una nacionalismo es ciertamente un humanismo, un mundo orientado al sujeto, al yo individual, coloquialmente a la persona. El nacionalismo se aproxima casi siempre a la geopolítica, combinación de geografía e historia. Cuanto más cercano esté el sujeto a la naturaleza o mundo rural, más fácil será convertir el sentimiento social relacionado con la conservación en un pensamiento radical. Es el caso de la industrialización de zonas rurales en algunos países, que ha provocado un sentimiento de rechazo contra la clase empresarial y originado finalmente organizaciones terroristas. El sujeto se radicaliza contra un objeto ajeno y extraño. El principio de máximo beneficio ha entrado en conflicto con el principio de conservación natural.
Nos alejamos del capítulo X. A. considera importante que el hombre sea libre para tomar decisiones, lo que representa que la existencia del hombre tiene un sentido. Pero hay que preguntarse cúal es este sentido en el mundo de los principios. Desde la perspectiva de la finalidad habría que preguntarse por qué el hombre y para qué el hombre, dentro del planeta. La respuesta es, sin duda, cósmica. El hombre surge en el planeta como una necesidad bajo el principio de conservación de un sistema, en este caso, solar. El principio de unidad política, llamado de estado, el principio de unidad religiosa, van necesariamente unidos a un principio de conservación. Los principios representan siempre un equilibrio, una identidad. De esta forma podremos entender el mundo dividido en Oriente y Occidente.
Mientras que Occidente, capitalista, está enfocado al objeto, Oriente socialista, lo está al sujeto. Mientras unos se rigen por la libertad individual y de empresa, los otros, se basan en la planificación económica, que no se rige por el principio de máximo beneficio sino por un principio de optimización. En la planificación, el sujeto, el yo, se desvanece. Dentro de la libertad de empresa, el objeto pierde importancia y lo adquiere el sujeto, el yo, el director general, el gerente, el genio de los negocios, el ejecutivo brillante, el vendedor del mes...etc. El equilibrio es planetario, mundial, también nacional, local e individual. Y ésta es una de las razones por las que importamos costumbres orientales, como el yoga, la lucha libre...etc. El mundo del objeto pierde importancia y encontramos un nuevo equilibrio personal. El yoga del verbo sánscrito juj, juntar, reunir, representa una disciplina, una praxis, una liberación de la conciencia del sujeto.
Finalizo esta entrada, escribiendo sobre la moral hedonista o la búsqueda del placer, que está regido por principios psicológicos. En sí mismo, supone un desequilibrio ya que se desentiende completamente del principio de la realidad. Encontramos desde luego un nuevo escollo en la interpretación freudiana, una laguna a rellenar. Lo que rige la psicología del individuo, es el principio de unidad psíquica, entre lo que deseamos o soñamos, placer y lo que finalmente conseguimos o realidad.
Doy por finalizada esta entrada. 10/01/2019
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