(c) De lógica, ética y moral IX
Antes de proseguir con el capítulo V, habría que explicar dentro del sistema de principios que rigen el mundo, por qué surgen movimientos políticos que teóricamente van en contra de dichos principios. Por ejemplo, el fascismo es un totalitarismo de Estado como objeto y un nacionalismo imperialista como sujeto, declarándose también anticlerical y antisocialista. Si hemos establecido como pertenecientes a la ética política, el principio de la libertad y de igualdad, parecería una incongruencia o un hecho ilógico, la aparición del fascismo. Sin embargo, no es así. El fascismo supone que existen otros principios que se ponen en marcha en el transcurso de la historia y de hecho, una dictadura representa precisamente eso, la aparición de otros principios éticos o morales, no pertenecientes a la política sino a la economía, la psicología o la sociología. Cuando dos principios como el principio de máximo beneficio y el principio de unidad de estado, coinciden, se produce el capitalismo monopolista de estado, en forma de fascismo o neocapitalismo. Toda ideología es sujeto, sentimiento y objeto, pensamiento. El fascismo como pensamiento adquiere principios éticos que no pertenecen a la política sino a la ética militar por lo que lógicamente no hay país en el mundo donde el fascismo haya perdurado en el tiempo. Un sistema económico, el capitalismo, orientado al objeto finalmente coincide con una estructura militar, a veces de Estado, también orientada al objeto. Se produce inicialmente un sentimiento nacionalista, un ensalzamiento del espíritu nacional orientados hacia el sujeto, para terminar apoyando a un capitalismo de terratenientes e industriales, junto a un militarismo exacerbado en el que la guerra representa la salvación. El fascismo nace como sujeto y se extingue como objeto, tornándose a veces inhumano y cruel. No busca como el neocapitalismo una relación entre monopolio público y privado, el control de los medios o el control político indirecto.
A. comienza el capítulo V afirmando que el utilitarismo es un sistema ético, pero todo lo que se observa en la realidad, es un nivel de consumo que se rige por principios utilitaristas. La utilidad es, desde una perspectiva economicista, un principio psicológico del consumidor. Un sistema es un modelo ético, normalmente compuesto por varios axiomas pertenecientes a distintas disciplinas, por lo que el utilitarismo no es, desde una perspectiva orteguiana, un sistema. El placer, la satisfacción de consumir se convierte en utilidad individual y la suma de utilidades individuales, en utilidad social o bienestar social. Sin embargo existe una crisis del estado de bienestar evidente en Europa y Estados Unidos. Y esto también es explicable a través de un alejamiento de los principios de economía, siempre lógicos, que rigen el bienestar en el mundo capitalista y en el mundo socialista. Si los principios o axiomas no fueran lógicos no serían principios.
De la misma forma que el fascismo se aleja de los principios políticos nacidos de una evolución histórica del hombre, el capitalismo como sistema se aleja de los principios económicos que rigen la producción, el empleo o el nivel de crédito. Como en el fascismo, nos encontramos con nuevos sentimientos, no relacionados con la economía, que ponen en marcha nuevos pensamientos. Y como en el fascismo, toda economía tiene que ser regida por principios económicos y no políticos, por lo que todo aquello ajeno a la economía, será tarde o temprano, cerrado, clausurado o derogado, leáse aquí, sistemas monetarios, comunidades económicas, sociedades de naciones...o cualquier otro concepto alejado de las tautologías o axiomas que regulan la economía mundial. El sistema monetario europeo actual está regulado por principios que pertenecen a la política por lo que difícilmente podrá sobrevivir como sistema. Una moneda única, una religión única o un único lenguaje pertenecen a un futuro lejano.
Los sentimientos pueden crear pensamientos erróneos y todo ello representa un conflicto reflejado en la historia. Quizás la guerra, desfase insuperable entre sujetos y objetos, sea el mayor conflicto producido por la utilización de principios erróneos o ilógicos. Y lo mismo podría decirse de las crisis de Estado. La utilidad representa en economía un modo de decidir y la economía ha desarrollado un nuevo concepto, la utilidad marginal que representa, el placer o satisfacción que proporciona una nueva unidad del mismo producto, para descubrir que dicha utilidad es decreciente. La motivación psicológica de compra obedece a productos nuevos y sin productos nuevos, el estado de bienestar nacido de la utilidad, se desvanece.
Doy por finalizada esta entrada. 27/12/2018
Antes de proseguir con el capítulo V, habría que explicar dentro del sistema de principios que rigen el mundo, por qué surgen movimientos políticos que teóricamente van en contra de dichos principios. Por ejemplo, el fascismo es un totalitarismo de Estado como objeto y un nacionalismo imperialista como sujeto, declarándose también anticlerical y antisocialista. Si hemos establecido como pertenecientes a la ética política, el principio de la libertad y de igualdad, parecería una incongruencia o un hecho ilógico, la aparición del fascismo. Sin embargo, no es así. El fascismo supone que existen otros principios que se ponen en marcha en el transcurso de la historia y de hecho, una dictadura representa precisamente eso, la aparición de otros principios éticos o morales, no pertenecientes a la política sino a la economía, la psicología o la sociología. Cuando dos principios como el principio de máximo beneficio y el principio de unidad de estado, coinciden, se produce el capitalismo monopolista de estado, en forma de fascismo o neocapitalismo. Toda ideología es sujeto, sentimiento y objeto, pensamiento. El fascismo como pensamiento adquiere principios éticos que no pertenecen a la política sino a la ética militar por lo que lógicamente no hay país en el mundo donde el fascismo haya perdurado en el tiempo. Un sistema económico, el capitalismo, orientado al objeto finalmente coincide con una estructura militar, a veces de Estado, también orientada al objeto. Se produce inicialmente un sentimiento nacionalista, un ensalzamiento del espíritu nacional orientados hacia el sujeto, para terminar apoyando a un capitalismo de terratenientes e industriales, junto a un militarismo exacerbado en el que la guerra representa la salvación. El fascismo nace como sujeto y se extingue como objeto, tornándose a veces inhumano y cruel. No busca como el neocapitalismo una relación entre monopolio público y privado, el control de los medios o el control político indirecto.
A. comienza el capítulo V afirmando que el utilitarismo es un sistema ético, pero todo lo que se observa en la realidad, es un nivel de consumo que se rige por principios utilitaristas. La utilidad es, desde una perspectiva economicista, un principio psicológico del consumidor. Un sistema es un modelo ético, normalmente compuesto por varios axiomas pertenecientes a distintas disciplinas, por lo que el utilitarismo no es, desde una perspectiva orteguiana, un sistema. El placer, la satisfacción de consumir se convierte en utilidad individual y la suma de utilidades individuales, en utilidad social o bienestar social. Sin embargo existe una crisis del estado de bienestar evidente en Europa y Estados Unidos. Y esto también es explicable a través de un alejamiento de los principios de economía, siempre lógicos, que rigen el bienestar en el mundo capitalista y en el mundo socialista. Si los principios o axiomas no fueran lógicos no serían principios.
De la misma forma que el fascismo se aleja de los principios políticos nacidos de una evolución histórica del hombre, el capitalismo como sistema se aleja de los principios económicos que rigen la producción, el empleo o el nivel de crédito. Como en el fascismo, nos encontramos con nuevos sentimientos, no relacionados con la economía, que ponen en marcha nuevos pensamientos. Y como en el fascismo, toda economía tiene que ser regida por principios económicos y no políticos, por lo que todo aquello ajeno a la economía, será tarde o temprano, cerrado, clausurado o derogado, leáse aquí, sistemas monetarios, comunidades económicas, sociedades de naciones...o cualquier otro concepto alejado de las tautologías o axiomas que regulan la economía mundial. El sistema monetario europeo actual está regulado por principios que pertenecen a la política por lo que difícilmente podrá sobrevivir como sistema. Una moneda única, una religión única o un único lenguaje pertenecen a un futuro lejano.
Los sentimientos pueden crear pensamientos erróneos y todo ello representa un conflicto reflejado en la historia. Quizás la guerra, desfase insuperable entre sujetos y objetos, sea el mayor conflicto producido por la utilización de principios erróneos o ilógicos. Y lo mismo podría decirse de las crisis de Estado. La utilidad representa en economía un modo de decidir y la economía ha desarrollado un nuevo concepto, la utilidad marginal que representa, el placer o satisfacción que proporciona una nueva unidad del mismo producto, para descubrir que dicha utilidad es decreciente. La motivación psicológica de compra obedece a productos nuevos y sin productos nuevos, el estado de bienestar nacido de la utilidad, se desvanece.
Doy por finalizada esta entrada. 27/12/2018
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